08 septiembre, 2007

EL LIBRO “EL GOBIERNO INVISIBLE” DESVELA LA RELACIÓN ENTRE LOS GRUPOS DE PODER Y EL 11-S



"Para que este plan pueda llevarse a cabo, quizá sea necesario que se produzca un suceso catalizador, un nuevo Pearl Harbor". Esta afirmación quedó reflejada por escrito en un informe efectuado por mandatarios del gobierno norteamericano un año antes de los atentados terroristas del 11 de septiembre de 2001, suceso del que se cumplen seis años en estos días.

La "predicción" aparece en un informe efectuado por el Proyecto Nuevo Siglo Americano (PNAC), un think-tank o grupo de poder en cuyas filas se encontraban algunos de los hombres que, pocas semanas después, se convertirían en los principales colaboradores del presidente de Estados Unidos, que aún no había ganado las polémicas elecciones que le llevaron a la Casa Blanca.

En dicho informe, se explicaba al próximo presidente de los Estados Unidos cuáles deberían ser las acciones internacionales necesarias para perpetuar el dominio global del país durante el siglo XXI. Entre esas acciones se citaban la invasión de Irak o la ocupación militar de territorios de Asia Central como Afganistán.

Las inquietantes revelaciones sobre los trapos sucios del PNAC aparecen en el libro “El Gobierno Invisible”, de Bruno Cardeñosa, publicado recientemente por la editorial Espejo de Tinta. En dicha obra se analiza el papel que juegan en el destino del mundo algunos grupos que operan a espaldas del poder. Dichos grupos se han denominado think-tank o laboratorios de ideas. Como en el caso del 11-S, las predicciones que efectúan se convierten en auténticas profecías. Tanto es así que el autor plantea la posible implicación de algunos de sus miembros en sucesos como los ocurridos el 11 de septiembre.

Según aparece reflejado en las páginas del libro “El Gobierno Invisible”, los laboratorios de ideas planificaron desde los años noventa del pasado siglo la aparición de un nuevo enemigo mundial que sustituyera a la recién desmoronada URSS. El nuevo enemigo debía servir como excusa para sustener los presupuestos del aparato industrial militar, así como para justificar acciones bélicas destinadas a controlar los recursos energéticos.

Los responsables de esos grupos acabaron ocupando importantes cargos en la Administración de los Estados Unidos. Además, estos grupos de poder tuvieron mucho que ver con el apoyo financiero que se dio a la creación de grupos islamistas en Oriente Medio. De hecho, fueron miembros de estos think-tank quienes promovieron la figura de Bin Laden como responsable del control de dichos grupos, debido a las relaciones que por entonces él y su familia mantenían con la realeza de Arabia Saudí y los servicios secretos de Pakistán. (Nota de prensa de la editorial Espejo de Tinta)