25 febrero, 2010

ENTREVISTA (y tercera parte)


Con un poco de retraso (problemas informáticos) publico la tercera parte de la entrevista con vuestras preguntas a propósito de la publicación del libro "Mentiras Populares" (Ed. Booket, Planeta) en edición de bolsillo, aunque las preguntas podían versar sobre cualquier otro asunto. Los tres ganadores del libro, por concurso, son Xisca, Noe Gómez y Oscar Tello, a quienes se les escribirá para pedir los datos y hacer los envíos la próxima semana.

En tu libro “Mentiras Populares” dedicas un capítulo a Admanideyah, calificando como leyenda urbana lo que dijo sobre borrar del mapa a Israel. ¿Por qué no dedicas una Cara B a hablar sobre la represión en Irán? (Miguel)
Porque eso ya está en la Cara A, es público, notorio, conocido, nos lo están contando todos los días, a todas horas, en todos los medios… La filosofía de la Cara B es informar sobre esas cosas totalmente reales pero que no tienen atención social o mediática. Allí la represión es real. Existe. Y no tiene justificación, ni en Irán ni en ningún sitio, porque también existe represión, a veces mucho peor, en los países “buenos”. Pero también es cierto que detrás de la oposición no hay valores de libertad ni de democracia, sino que es una oposición creada o financiada para satisfacer intereses de otros países. En todo caso, en la Cara B habría que hablar de eso. Por otra parte, hay muchas leyendas urbanas sobre Irán. La que señalo en el libro lo es: nunca dijo que pretendía borrar del mapa a Israel. Fue una traducción errónea o mal intencionada de un discurso suyo en idioma farsi que alcanzó una enorme difusión a través de los medios. Pero hay leyendas urbanas que interesan… Sobre Irán hay muchas. Hace un tiempo las imágenes de varios ahorcados recorrieron el mundo junto a la información de que habían sido condenados por ser homosexuales. No era verdad. Ciertamente, el presidente de Irán no es que sea precisamente tolerante con la homosexualidad, pero aquellos ahorcados habían sido condenados a muerte por violar a un menor de edad. Es diferente, pero decir la verdad al completo y no sólo en la letra pequeña, no vende tanto o no cumple la función de muchos mitos: sostener la base de ideas (que no ideológicas) sobre la que se sostiene el mundo “bueno”, sin que ello justifique para nada la existencia de la pena de muerte, ni cadenas perpetuas ni ninguna pena que no tenga por objetivo la reinserción.

¿Crees que Estados Unidos o Israel van a atacar Irán? ¿Por qué se empeñan en construir la bomba atómica? (Manuel Lugo)
No creo que se llegue a producir nunca ese ataque. Sería una locura y podría desencadenar un conflicto de escala casi global. A diferencia del caso de Irak, la sociedad iraní no está tan en contra de Admadineyah, a quien han colocado como presidente por votación popular y pese a todo, como he dicho anteriormente, la situación económica y social no es tan mala como nos han hecho creer y no es peor que con otros gobiernos anteriores más occidentalizados. Como hemos demonizado al presidente de Irán no somos capaces de ver que tiene un apoyo en su pueblo que no tenía Saddam. En Irak, los intereses de las naciones más poderosas no eran tan opuestos a Estados Unidos. Con Irán, sin embargo, un ataque pondría frente a los agresores a países como Rusia o China. Creo que por eso sólo se ha llegado a barajar la idea de un ataque relámpago, sin invasión ni guerra. Aún así, sería un error. No olvidemos la lección de Saddam: fardaba de su poderío militar y aunque no presumía de disponer de armas de destrucción masiva actuó con ambigüedad para hacer creer que era más fuerte de lo que era realmente y que así se pensara que igual construía armas de espaldas al mundo. Algunas fuentes indican que el proyecto nuclear de Irán no es muy sólido técnica y científicamente. Y si de verdad está construyendo la bomba que se vaya al carajo, pero que se vayan con él todos los que la tienen porque me parece asombroso que los castigos internacionales vengan por parte de países que ya la tienen y que, en algunos casos, sí la han usado.

¿Qué es peor: una mentira popular o una falsa verdad asimilada?
Una es consecuencia de la otra. En el libro verás que hay muchos tipos de mentiras populares, y que algunas se conviertan en verdades asumidas por una gran parte de la población no quiere decir nada especial. Que la gente piense que la Coca Cola es capaz de desintegrar un filete de carne tampoco es especialmente preocupante, aunque intelectualmente sea digno de estudio el porqué se creen estas cosas y eso es lo que analizo en el libro. O que se crea que no hay gatos en las proximidades de los restaurantes chinos porque la carne que sirven en ellos tiene ese origen tampoco es lo más serio en sí mismo. El asunto es inquietante, e interesante, en el sentido de que las mentiras populares y leyendas urbanas son un reflejo de cómo es el inconsciente colectivo, además del por qué existen mecanismos que provocan que alcancen tan enorme difusión y poder de convencimiento, que es algo que no está suficientemente aclarado pero que tiene que ver, con seguridad, con nuestra condición tribal y proteccionista, así como por el hecho de estar muy influenciados por los condicionamientos morales, que necesitan de mecanismos de refuerzo, que es en lo que se convierten las leyendas muchas veces. Eso explica el por qué de cómo algunas mentiras populares, a las que denomino “mentiras que interesan”, logran tener tanto efecto y son tan buenas para quienes las extienden, bien porque las han creado o se aprovechan de ellas una vez que existen. Estas últimas sí que son peligrosas. Por ejemplo: es una leyenda urbana el hecho de que cada vez haya más delitos. Si repasamos los datos oficiales descubrimos que no es así. Sin embargo, son muchos, incluidos los que hacen los datos oficiales, los interesados en que se crea lo contrario, para favorecer los negocios de seguridad, para mantener una estructura social, para dar sentido a su propia existencia, para conseguir votos con modificaciones legales destinadas a satisfacer las tendencias sociales creadas, desviar atenciones sobre otros temas….

¿Te han llamado la atención alguna vez por las cosas que dices o escribes?
No. Ni en la radio, ni en los libros, ni en las revistas. Hay más autocensura en los medios que censura. Los comentarios llegan más veces de tus propios compañeros que de los superiores. Se ha interiorizado demasiado la idea de que decir algo con firmeza y posicionado en uno u otro lado puede ser contraproducente. En el caso de la radio, Onda Cero puede presumir de ser la más abierta y plural de las radios españoles. Eso está científicamente demostrado y ahí radica una de sus grandes virtudes. En el caso de los libros, si hubiera escrito algo que no interesaba o que se prefiriera censurar… sencillamente no se hubiera publicado porque entre se acaba de escribir el libro y se publica pasa por varias manos. Me siento libre, y ojo, tan libre como responsable.

Ahí va mi pregunta. Me gustaría saber si en tu tiempo libre (si es que lo tienes) practicas algún deporte. Y si es así, cuál. Saludos, campeón (Alex).
Pues no soy campeón, porque practico bien poco el deporte. No es que me esté haciendo viejo, es que ya lo soy. Aunque tampoco es excusa porque sí he sido deportista. Hice atletismo en mi juventud de forma más o menos seria, pues es el único deporte en el que he competido. Practiqué varios: fútbol y baloncesto, hasta bien crecidito. Me gusta el deporte, seguirlo, verlo cuando puedo, conocer cómo han quedado mis equipos, etc… Aunque ya que me preguntas eso ni me nubla ni me cabrea. Creo que pasan cosas muy poco edificantes en el mundo del deporte que, sin embargo, es un mundo maravilloso, aunque saque de sus casillas a demasiada gente que da la sensación de sacar a relucir la parte irracional que tenemos dentro. He montado unas pocas veces a caballo en los últimos dos años y algunas mañanas me pongo a hacer flexiones y abdominales, pero más que nada por poner a tono el cuerpo, aunque ya no esté a tiempo. Aún así, física y mentalmente me siento como nunca, supongo que en parte por mi forma de vivir. No hago deporte ya, pero no estoy en las últimas…

¿Cómo consigues aguantar esas largas jornadas laborales y qué día de la semana descansas de verdad?
De lunes a viernes la redacción de la revista está a pleno rendimiento, sábados y domingos tengo programa de radio, escribo de lunes a domingo, y la grabadora y el cuaderno de notas están de guardia las 24 horas… Así que ningún día de la semana descanso al completo. Me aburriría muchísimo. Pero para poder llevar ese ritmo, el trabajo tiene que ser el hobby. También te mentiría si te dijera que no hay ningún día que no levante el pistón. Bajo mi actividad los viernes, que para mí es un poco el domingo. Pero tampoco es que lo tenga establecido así, sino que se trata de la dinámica que la vida me marca. Pero siempre que me dicen esto y me preguntan explico que me siento un afortunado. Lo soy. Se dice que la suerte se busca, y sí, es así, pero hay tanta gente que lo hace y no lo consigue… Aunque he trabajado como un animal toda mi vida, soy consciente de que las cosas a nivel profesional no me han salido del todo mal, pese a que tengo que seguir en ello y seguiré, porque soy caótico, no pienso en el futuro, ni tengo planes de pensiones, ni llego a fin de mes, ni ahorro, ni nada de eso, porque lo decidí así ya que, haciéndolo así, me siento más implicado y motivado. Sólo trabajas así si sabes que mañana puedes caer por el precipicio. Como te digo soy afortunado. Viajo mucho, pero si estoy en Madrid, las primeras teclas y cosas del día las hago en mi casa, con el café, con las noticias, con música, con el ordenador. Y cuando he arrancado, voy a la redacción de la revista que, intencionadamente, la tengo a sólo 50 metros de mi maravillosa casa. Ya casi siempre vuelvo por la tarde y en casa, si es que no hay que hacer otras cosas fuera, hago lo que toca: escribo para la radio, hago guiones, leo, archivos papeles y documentos, escribo el libro en el que esté, lo que quiera, más noticias primero, las tertulias (la tele, que me la regalaron porque pensaron que era una locura vivir sin televisión, casi siempre apagada… salvo de madrugada para las noticias y poco más) y me siento frente a Madrid, en mitad de la noche, en la mesa, muy a oscuras, con las luces de la ciudad entrando por mi ventana de siete metros de altura y seis de ancho… eso me inspira (como ahora mismo). Soy un afortunado por poder hacer todo eso, y porque puedo externalizar mis trabajos. Hay cosas de la revista y la radio que puedo hacer en casa, o en cafetería con el ordenador, o en un parque, o en el tren camino de Zaragoza, o volviendo a Madrid como siempre vuelvo en la tarde de los sábados, para llegar ya con los guiones casi acabados, con las ideas claras sobre el programa de radio y con la misma mochila salgo de la estación hacia San Sebastián de los Reyes, donde están los estudios de la radio. Luego, tras el programa trabajo o vagueo un poco, me echo a dormir de día porque lego sobre las seis de la madrugada, y a eso de la una de la mañana del domingo ya estoy en marcha trabajando para el programa de radio de la noche.

¿Cómo ha sido tu experiencia con los colaboradores del programa? ¿Qué puedes decir de cada uno de ellos? (Noe Gómez)
La virtud en cada uno de ellos es que todos son únicos. Creo que es lo mejor que alguien puede ser: no parecerse a nadie. Cada uno tiene una enorme riqueza personal y profesional, y tienen un sello intransferible. Algunos pueden creer que eso es un problema porque eso significa que a veces pueden no ser como todo el mundo quiere y podrían decir algo que no le guste oír a un oyente. El tiempo ha demostrado que la autenticidad es el camino. Fernando Rueda es un periodista de raza, que vive la información con energía, con pasión, carácter, y mucha humanidad, es cariñoso, sentimental, comprensivo. Ignacio Monzón es un valor en alza, un historiador que va a dar mucho que hablar en el futuro, como historiador y como divulgador; le hace falta darse cuenta de ello sin perder la humildad que tiene y su capacidad de trabajo. Carlos Canales… es un intelectual en toda regla, de los más capaces que hay en España, rápido de mente, con reflejos inesperados, que toma caminos que nadie se atreve a recorrer por áridos, y él consigue convertirlos en paraíso (¿quién es capaz de mantener la atención de un oyente hablando diez minutos sobre cómo eran los cascos etruscos? Sólo él). Jesús Callejo es soñador, se respira paz a su alrededor, amante de la cultura por ser cultura, sin más, igual de humano que el resto o incluso más. Juan Ignacio Cuesta podría ser mi padre pero me da ganas de serlo yo, porque es un personaje de esos que se merece recibir todo lo que da a cambio de nada. Manuel Carballal es como mi hermano, estoy unido a él desde hace más de veinte años, y cualquier cosa que dijera de él no sería imparcial, porque es el mejor, es único, es distinto, es especial. Josemanuel Escribano es el mejor escritor y narrador que he conocido, es capaz de fascinar con sus críticas perfecta, es posiblemente la persona del programa que concibe las cosas de la vida más parecidas a como yo las concibo y ha sido mi mejor apoyo en los momentos difíciles. Laura Falcó Lara es una amiga capaz de hacer todo por quienes están cerca, una enamorada de los libros que sabe transmitir la pasión que le genera el descubrir algo nuevo, un nuevo libro, un nuevo autor, y que no duda en ponerse delante para protegerte cuando cree que alguien próximo a ella puede necesitarlo. Josep Guijarro es también amigo desde que yo era un mocoso y junto a Manuel formamos una tríada muy unida, e igualmente no puedo ser imparcial porque es igualmente único, diferente, especial, un trabajador como la copa de un pino. Todos son estupendos y han demostrado una generosidad enorme en tiempos de crisis como los actuales, porque lejos de apartarse se han unido más al programa aunque les haya podido compensar mucho menos. También, respecto a los que estaban antes, han cambiado sus dinámicas de trabajo conmigo, son más farragosas quizá, pero cada uno tiene su libro de estilo, además de que a veces he corrido el riesgo de separar mi relación personal de la profesional con ellos y quizá ha podido generar algún malentendido. Siento que quizá, al margen de la faceta profesional, no les he dedicado el tiempo que requeriría o que ellos hubieran podido necesitar, pero no he llegado a todo.

¿Cómo elegís la música del programa? (Belén López)
Me encanta que me hagas esa pregunta… (Eso no lo dice jamás un entrevistado, ¿verdad?) Pero la música es muy importante en La Rosa de los Vientos. Es un programa que tiene su propia banda sonora y el hecho de que se nos pregunte tanto por este asunto es que La Rosa suena bien y la música acompaña las intenciones. Depende de muchas cosas. Ahí cada uno tiene su criterio y todos tienen su hueco, su elección. La sintonía del programa ya estaba desde el principio y a nadie se le ha ocurrido tocarla. Silvia es la que más influye en este aspecto del programa. Ella elige la mayoría de sintonías y sonidos, sabe distinguir perfectamente qué tiene fuerza e impulsa una sección o a una persona. Por su parte, Martín es quien elige, en función de sus gustos y de la posibilidad de entrevistar a los artistas, los temas que suenan en la Agenda Cultural. Tiene un gusto muy amplio y eso da diversidad a lo que hace y al sonido del programa, en el que es un pieza básica. En mi caso, porque uno tiene que sentirse a gusto, elegí las sintonías de las secciones que son más “mías”. En Flash Zona Cero elegí a Catatonia y The Chambarries porque están en la banda sonora de mi vida profesional desde los tiempos de Radio Voz y me siento muy a gusto hablando de lo que hablo escuchando esa voces tan auténticas de fondo, siento que me acompañan, dan un sonido distinto a los habitualmente lentos, sinfónicos y misteriosos de la radio nocturna, pero ese es un estilo que no va conmigo y me interesa menos que nada. Prefiero esta música. Para la Cara B elegí a The Doors porque representaban ese mundo oscuro del que hablo en la sección y el tema Servidor de Nadie de Bunbury para cerrar la sección porque es como mi forma de firmarla y definir cómo me defino. Escucho mucha música y lo hago siempre descifrando en qué me hace pensar un tema. No es como decir vamos a hacer esta sección y se elige la música buscando y rebuscando. Es algo que está más dentro de uno mismo. Por eso creo que gustan tanto.

¿Habrá un libro Enigma II? ¿Más Pasajes de la Historia en la radio? (Oscar Tello)
No. Y ambas cosas por la misma razón: nunca serían lo mismo. Aquel libro fue un éxito tremendo, pero ese éxito se basó en la conjunción de cuatro personalidades distintas y a la vez complementarias. Por desgracia, los mismos cuatro no podemos hacer una segunda parte. Respecto a Pasajes de la Historia te digo lo mismo, pero todavía con más razón: era algo de Juan Antonio que sólo sabía hacer Juan Antonio. Siempre habrá Historia en el programa, pero con diferentes continentes, secciones, pero pasajes, por desgracia, no los habrá, por mucho que la gente los pida. Aunque ojo, no sólo depende de mí. Una virtud del programa es que hay cosas que sólo un nombre propio las puede hacer. ¿Alguien se imagina a otro haciendo la Cara B? ¿O a otros dos contertulios haciendo el monográfico? ¿O a otro haciendo Mujeres con Historia? ¿O a otro haciendo el Termómetro de la Tierra?

¿No crees que el espíritu del programa de radio lo hubieran mantenido mejor otros colaboradores? (Ventura)
Pues la verdad es que no lo sé. No creo que entre los colaboradores hubiera otro que tuviera experiencia y supiera presentar programas de radio. Ninguno, salvo yo, se dedicaba a eso. No es que me eche flores, pero, fríamente, o lo presentaba yo o se buscaba a alguien de fuera. Es así de sencillo. No entiendo la pregunta. Es como pedirme que no sea profesional. Pero ¿acaso el trabajo del nuevo presentador era mantener el espíritu? Aunque haya y es bueno que exista un concepto de familia que rema en la misma dirección, las cosas son más serias que eso. La Rosa de los Vientos no es una religión ni una escuela de vida que vaya pontificando verdades para el alma; es algo mucho más importante. Si así lo hubiera sido alguna vez, habría sido un desastre. ¿Y qué es eso del espíritu? Hay unas líneas temáticas, de pensamiento, informativas, etc., que sí se han mantenido. ¿Puedo hacer yo las cosas que saben hacer y para las que están preparados otros miembros? Pues no. Igual que yo no lo estoy para lo que hacen ellos. Está el caso de Martín Expósito, porque lógicamente hacía falta alguien en el programa que tomara las riendas en vacaciones o si un día tengo fiebre y no puedo hacer el programa. Y Martín es el Bruno de antes. Se están cumpliendo unas etapas, como antaño. Sé que hay gente que le gustaba cómo eran mis intervenciones en la tertulia y han echado en falta esa forma mía de aportar cosas, pero no puedo ni voy a hacer dos cosas. También hay gente que como no le gusta mi forma de pensar cree que se ha perdido el espíritu, pero lo único que han perdido es “su” espíritu. Habrá gente que se haya marchado, otros que hayan venido nuevos, pero entre unos y otros, hay tantos o más que antes, un éxito que no se hubiera logrado sin el antes y sin el ahora. Pero quienes querían ese sello personal mío que se veía en las tertulias, esta temporada lo están encontrando, en parte en las tertulias (aunque intervenga como moderador, mi vocación no es de comparsa, lógicamente) y en parte en otros momentos del programa. Pero nunca volveré a la tertulia como antes. Esa etapa pasó. Empecé como colaborador, después presentador sustituto y contertulio, y ahora presentador.

Me encanta oír que mencionas muchas veces a Zaragoza, haciendo patria, además de ser mi ciudad. ¿De dónde te sientes? (Sergio)
Gallego de nacimiento y sentimiento, y zaragozano de adopción y devoción. Y claro, ciudadano madrileño por exigencias del guión. Un poco también de Bilbao, en donde estuve viviendo un par de años. Un poco de todo el mundo. No creo mucho en patrias, de todas formas. Nací en Rivadavia (Orense), un lugar maravilloso, y ser gallego es algo que debe tener un gen porque aunque mi familia se fue de allí cuando tenía cuatro años y me deje caer muy poco por ahí me resulta imposible no sentirme gallego. Además, la vida me ha llevado a que una muy buena parte de mis amigos sean gallegos pese a que a casi ninguno lo conocí en Galicia. Pero Zaragoza es el lugar donde crecí, en donde me hice como persona, en donde comencé a soñar, a trabajar, a sentir que quería hacer lo que hago. Salí en busca del mundo hace unos quince años, y en Madrid culminé lo que empecé a orillas del Ebro, es una ciudad que tienes que hacer a tu medida y así lo hice, con las muchas cosas buenas que tiene y con las botas puestas porque Madrid lo exige. Poco a poco, me fui alejando de allí, de Zaragoza, y volvía cada vez menos. Ahora la vida me ha devuelto a Zaragoza otra vez. Y en esa búsqueda del mundo que empecé hace quince años he descubierto que mi sitio es Zaragoza, aunque mi “casa” esté en Madrid. Que el destino está en el punto de partida. Lo mejor de mi vida pasa allí. Voy todas las semanas, una o dos veces. Ya casi vivo entre las dos ciudades con un AVE de por medio. Soy un afortunado por poder hacerlo. Creo que es la ciudad más interesante del mundo. En pocos sitios he encontrado tanto interés por la agricultura de la inteligencia y, por el momento, en ningún sitio tan buenas cosechas.

¿Qué opinas de libros revelados como El Libro de Urantia?
Esos libros son los que han determinado gran parte de cómo son las sociedades y la cultura que vivimos. Si ir más lejos, la Biblia o el Corán son libros revelados. Si no hubieran existido, el mundo no sería como es. Pero además de los “oficiales” hay un puñado de ellos podríamos denominar “marginales”, pero que son igualmente interesantes. O incluso más. El libro de Urantia es de una riqueza monumental, es complejo pero a la vez extraordinariamente rico en cuanto a contenido. No es un fraude ni fruto de la demencia de un iluminado, si bien con esto no quiero decir que estén dictados por la divinidad. Bajo esta perspectiva creo que resulta tan válido como los libros revelados “oficiales” sin que sea necesariamente cierto lo que dicen unos u otros, puesto que en toda obra, y más de este tipo, hay que tener en cuenta una serie de cosas, así como el valor de la metáfora, la humanización de mitos y conocimientos, etc…

No te lo tomes como crítica, pero ¿por qué ahora hay política en La Rosa de los Vientos? Te digo que no es una crítica porque creo que eres de los pocos periodistas que nos ayudan a ser críticos y que muestras valentía. (Mauro Alcalá)
En cualquier cosa de la vida hay política. En La Rosa de los Vientos había política antes de que yo presentara el programa. Ahora también. Quienes digan lo contrario es que antes no escuchaban el programa. Lo que no hay, ni había, es información sobre los partidos, sobre la guerra gobierno-oposición, etc. Te recomiendo un libro de Johatan Swiftt, o puede que de otro autor aunque sí lo firmó él, que se titulaba “El arte de la mentira política”. Se lee en un par de horas, aunque hay que pararse a pensar cada dos líneas, como siempre pasa con los buenos libros (deben remover pensamientos, no sólo entretener, que para eso está Sálvame). Ahí se diferencia muy bien entre “la política” (los partidos enfrentados, gobierno contra oposición, etc…) y “lo político” (las cosas que determinan la vida en sociedad), y se explica cómo uno de los grandes logros de la mentira política es conseguir que se acorte la distancia entre “lo político” y “la política”. Un buen ejemplo: en la apertura del programa anterior a responder estas preguntas hable sobre la búsqueda de la paz y sobre los movimientos de insumisión en España e Israel. Hablaba de la paz. Algo muy sencillo, aunque casi una quimera, pero merece la pena luchar por ello porque es el estado que los hombres ansiamos. Algunos escribieron enseguida diciendo que era un mitin. Pues no: eso no tenía nada que ver con ideologías ni con partidos políticos. Quien haya convencido a la gente de que ese comentario era un posicionamiento partidista entonces es víctima de esa manipulación a la que se refería Swiftt.


Lo primero, felicitarte por tu blog y por cómo conduces La Rosa de los Vientos. Mi pregunta es la siguiente: ¿Quién cree que dio la orden, al más alto nivel, de avisar a ETA de la operación policial en el caso Faisán? (Miguel Ángel Palmero)
Creo que los intereses de una “parte” están sacando de quicio ciertas cosas. Alguien ha dicho que es la mayor irregularidad de la Historia de la democracia. Eso es una bestialidad. No es así. Han pasado cosas mucho más graves, entre ellas, por ejemplo, no tener ni idea de qué pasó el 23-F. En el caso Faisán, a un sector le interesa provocar una duda y una sospecha, mientras que el otro sector tampoco puede reconocer la verdad. Dentro de muy poco, Fernando Rueda nos va a ofrecer su investigación sobre el tema en el programa. En la lucha contra el terrorismo de ETA tenemos que ver otras cosas: hay operaciones en marcha muy serias que no pueden detenerse por favorecer otra operación “menor”, no todos los que están en la banda trabajan sólo para la banda, no todo es como parece, etc… ¿Quién dio la orden? No lo sé, pero imagino que debía ser al más alto nivel policial. Lo importante es saber por qué, no quién.

Lo primero, gracias por la defensa que realizaste de los grafiteros el programa del sábado 30 de enero. No soy grafitero, pero creo que hay que diferenciar entre una “pintada” y un grafiti. Fue una defensa muy loable por su parte. Mi pregunta es la siguiente: quería saber si en tu opinión estamos cada día más mediatizados y manipulados, ¿es para usted la democracia el mejor de los sistemas políticos? (Eduardo Martín)
Tema grafiti. En aquel momento quizá ejercí más como director de orquesta durante la tertulia que como un participante más en la misma. Mis compañeros se equivocaban, porque el grafiti sí que es arte, guste o no, lo es. Y sí que se estudia, ya no sólo en la carrera de Historia del Arte, sino antes, en el mismo Bachillerato. Así que no lo podemos negar ni convertir en una gamberrada, porque las pintadas que hacen algunos en las calles ni son grafiti ni pretenden serlo. Pero si uno de los iconos artísticos más reconocibles del último periodo del siglo XX es precisamente el grafiti con el beso de Hoeneker y Gorvachov… Pero al margen de eso. Sobre lo que preguntas. Sí creo que la democracia es el mejor sistema que existe, porque por definición es el poder del pueblo y el ejercicio de responsabilidad ante el pueblo por parte de quienes han sido elegidos. Otra cosa es que lo que tenemos en el mundo “civilizado” no es precisamente una democracia perfecta. Democracia no es una dictadura que se ejerce todos los días salvo el día de las elecciones. Tampoco debía consistir en elegir quién nos gobierna si no tenemos derecho ni libertad para elegir quienes se presentan en las elecciones. Y en los países en los que existen elecciones primarias populares, se elige a los que se van a presentar en función del poder que han acumulado gracias a las empresas y corporaciones que han apoyado a los políticos. La democracia es algo más que un sistema electoral, es, en realidad, un sistema mental. No se educa en fomentar valores democráticos (que son bien sencillos) y si el ciudadano tiene una imagen errónea de lo que es la democracia, entonces este sistema perderá todos sus valores. Hay un libro que se titula “Abajo las democracia”, de Eduardo Álvarez Puga, que lo explica muy bien y que comparto en muchos puntos de vista. El término democracia se ha vaciado de contenido de forma intencionada. Al hacerlo, la democracia se convierte en un medio y no en un fin. Se convierte también en una excusa y un lavado de conciencia para quien pretende que creamos que la ejerce. Pero ese proceso de destrucción de la democracia como sistema de valores pero no como expresión dominante ha sido intencionado. Tampoco es cuestión de establecer un sistema de referéndum permanente, porque las opciones a elegir podrían dirigirse desde los poderes fácticos con mucha facilidad. Es muy fácil plantearse un referéndum sobre la cadena perpetua justo después de “promocionar” tres o cuatro noticias sobre criminales perversos que generan un estado de opinión basado en las vísceras emocionales porque se utiliza a las víctimas como moneda para hacer factible generar esos discurso. Creo que una verdadera democracia empieza por la formación individual desde la educación, por la relevancia de los órganos de dirección desde los estadios más pequeños de la sociedad (familias, barrios, colectivos, trabajo…) y porque la cadena que llegue hasta el poder en los estadios más relevantes de la sociedad no se rompa nunca impidiendo la entrada de intereses comerciales y económicos. Pero para conseguirlo, la democracia debe ser un sistema emocional o mental.

¿Cuántas veces te han amenazado por sus manifestaciones en los medios? Enhorabuena por tu carrera, y sigue así, valiente. (Salvador)
No soy valiente, simplemente soy un enamorado de mi trabajo y de lo que hago. De hecho, en mi vida soy miedoso, indeciso, inseguro… Siempre ando despojándome de culpas que no tengo. Es la vida en la que nos han metido. Pero toda esa lucha interior por la vida y la construcción personal es la que creo que ha determinado el reflejo en los medios de mi trabajo. Y, directamente, nunca me han amenazado por nada que tenga que ver con mi trabajo o por lo que haya dicho o hecho. Sí que sé que hay y ha habido gente que no te desea lo mejor, pero las herramientas que se utilizan para eso son más discretas.

Soy un apasionado de tus libros y de tu magnífico blog. Mi pregunta es la siguiente: ante tanta manipulación informativa, desinformativa y censura, lo que estamos en este lado de la barrera y creemos que el verdadero terrorismo está en el Pentágono nos sentimos minoría, aislados, y tildados de conspiranoicos locos. Y digo yo, ¿se puede luchar contra un imperio tan poderoso o genocida, un imperio que lo controla todo, lo juzga todo y lo ejecuta todo ayudado por su cómplices? (José Manuel Ordoñez)
El primer paso es que nadie te haga creer que eres minoría y que estás aislado. No es verdad. Hay mucha gente que piensa así, más de la que crees. Cuando se le hace creer a alguien que está aislado, sólo y que se ha vuelto conspiranoico es que ya está siendo importante. Quienes no importan son ignorados, y quienes piensan diferente sobre este mundo del que hablamos no somos ignorados ni por unos ni por otros. Pero los de enfrente querrán hacerte sentir culpable… Lo que ha ocurrido en 2009 con el tema de la gripe A ha sido un gran ejemplo de cómo los aislados, los conspirativos, las minorías… han demostrado tener razón y han ganado la batalla. Primero denunciamos que la corriente de miedo era exagerada, que todo era una maniobra de exageración gobernada por los intereses económicos, que no era necesario someterse a una vacunación masiva como si fuéramos ganado, etc. ¿Te acuerdas de cómo en plena fiebre se trató a quienes hacían ver que las cosas eran distintas? Se dijo de todo de ellos. Se les insultó. Se les vejó. Se les acusó de ser cómplices del mal absoluto. ¿Y al final que ha pasado? Que la sociedad se dio cuenta y las vacunas se han quedado en los cajones sin que nadie las quisiera, sin que además después pasara nada grave. Aunque tarde, instituciones políticas como la UE han abierto procesos de investigación para descubrir si hubo manipulación. Se quedarán en casi nada, pero seguramente harán que en el futuro las cosas sean distintas. Pues esto que digo de la gripe A puede extenderse a todo. Por otra parte, tampoco es cuestión de pensar que Estados Unidos es en sí mismo culpable. Allí hay gente estupenda y es un país que ofrece mucho; otra cosa es cómo ejercen ese dominio y cómo han conseguido educar en la superioridad y la soberbia a sus gentes para que apoyen todo y cómo han conseguido que creamos que, o somos aliados, o nos espera la oscuridad. Pero el triunfo de Obama (aunque no se hayan dado cuenta de que es casi lo mismo, pero casi es mucho ya; y que no vaya a solucionar nada porque no es tan diferente pero la gente creía que sí) ha demostrado que no pueden desde la esfera del más absoluto poder decidir todo, porque a veces la gente se sale de la autopista indicada, y son ellos los que se suben para intentar dominarla, pero ya han perdido algo y tienen que rehacerse. A los negros, en Sudráfica, los oprimieron pero, al final, hubo un par de tuercas que giraron, una reacción incluso en muchos blancos a favor de los oprimidos, y por último, los negros tomaron las riendas. Si nuestras mentes no son esclavas, y cada una de ellas es única, siempre pueden conseguirse cosas.

¿Cuáles son, habitualmente, las fuentes directas de las noticias reales, esas que normalmente no se publican en los periódicos? ¿Hay alguna agencia orientada a ello? ¿Es siempre por medios diferentes o directos de cada lugar? Y si es así, ¿de qué forma se puede estar en contacto con tantas fuentes útiles y diferentes? (María)
Casi todo está publicado en los periódicos, pero lo que llega es la consecuencia y no la causa. El periodismo no busca causas por mor de esa corriente, errónea en mi opinión, de que buscar causas modifica la objetividad. Y para buscar las causas, sobre todo hay una agencia de información que es la más importante: la cabeza. Y utilizarla con sentido crítico y analítico. Hay muchas agencias de noticias especializadas, más de las que nos imaginamos, pero no alcanzan difusión. Aunque la mejor fuente de información no son las agencias, porque las noticias son sólo una parte y no el todo. El contacto directo, los procesos de documentación sobre las cosas y los lugares, los archivos históricos, etc… Cada periodista debe convertirse en su principal fuente de información. Por eso hay que tener todos los libros que se pueda, todas las revistas, archivar todas las noticias, agruparlas, tener una carpeta para cada cosa, tomar notas de todo en los cuadernos de trabajo, una agenda amplia, etc… Por ejemplo, si mañana hay un ataque químico en Armenia, un comunicador debe haber ido recopilando día a día todas las informaciones sobre Armenia, todos los libros que haya podido, tener sus carpetas sobre el armamento químico, etc… Y a partir de ahí, se pueden efectuar composiciones de lugar más amplias, acudir a fuentes, hablar con protagonistas y testigos… Claro que ahora saldrían algunos diciendo “lo puedes buscar por internet”, pero eso es una tontería, sobre todo porque en la creación de esa agencia de información personal se ha ido creando la persona-informador y sabes de antemano qué hacer y dónde ir.

A pesar de que te escucho todas las semanas y de que he leído tus libros, hay algo que, aunque me hago una idea, aún no sabría definir de forma clara y precisa. Y considerando que lo que uno escucha, sobre el concepto, desde fuentes oficiales, es una mentira (no sé si popular), mi pregunta es: ¿Existe Al Qaeda?
En tu pregunta has respondido perfectamente. Me resulta muy difícil razonar lo que aseguro: Al Qaeda no existe. Un periodista de CNN dijo una vez: “Hay una buena noticia: Al Qaeda no existe. Y otra mala: es el mayor peligro al que nos enfrentamos”. O sea, no existe pero la hemos creado dándole forma, sentido, objetivos… No existe como organización establecida, jerárquica, organizada, real, estructurada, etc… Ninguna prueba ni documento demuestra que existe. El mismo Bin Laden jamás utilizó esa expresión hasta varios años después del 11-S. El nunca se definió como miembro de Al Qaeda ni dijo pertenecer a una organización que se llamara así, y ni mucho menos dijo que la hubiera creado él. De hecho, el único documento que existe anterior al 11-S en el que se menciona es un manual en el cual la expresión “al qaeda” se define como estructura no como otra cosa. Incluso tras el 11-S, en Afganistán hubo detenidos acusados de ser de Al Qaeda que aunque reconocían sus fechorías no tenían ni la más remota idea de a qué se referían sus acusadores con esa expresión. El término se utiliza por primera vez, en la esfera los “buenos” en una noticia de finales de 1998 tras unos atentados en África. Hace alusión esa información a que el terrorismo liderado por Bin Laden actúa como una “al qaeda” (en minúsculas), expresión que significa nube, bruma, etc. Pero a partir de ahí, alguien descubre que poner nombre al enemigo es bueno, que resulta sonoro, que tiene fuerza, que sirve para meter en el mismo saco a todos los que actúan según unos planteamientos violentos de corte islámico. Así pues, como organización, Al Qaeda fue un invento, pero tan poderoso que incluso se ha convertido en una quimera a la que pertenecer para algunos fundamentalistas que dicen “soy de Al Qaeda” y actúan como se ha dicho que actúan los de Al Qaeda. Ha sido, pues, una maniobra occidental para dar nombre al enemigo, encuadrarlo, definirlo… Un pozo en el cual se mete todo aquello que se mueve siguiendo unas pautas. Fue, pues, un invento deliberado (eso no quiere decir que no existan terroristas y grupos violentos) que tomó vida propia (ya no sé si esta segunda parte fue intencionada), y que incluso ha servido para tener un chivo expiatorio.

Hola Bruno, la pregunta puede parecer tópica, pero ¿qué te llevó a dedicarte al mundo del periodismo del misterio, en qué momento dirías que tomaste esta decisión? Para mi eres el mejor, aún no estás mediatizado por las audiencias. Sigue así. (Antonio Solorzano)
Es una sucesión de cuatro o cinco momentos. No es una iluminación que llega de un momento a otro. Primero fueron unos libros que leí en 1986, que me apasionaron tanto que aún siendo un adolescente me entraron deseos de ser como quienes habían escrito esos libros. Mi amigo Juanjo Benítez era uno de ellos. Un año después efectué mi primera entrevista a alguien que había vivido unas experiencias extrañas que incluso compartí con él. “Esto tienes que escribirlo”, me dijo. En 1988 hubo un caso OVNI, lo conté en el blog recientemente, que me hizo salir al campo por primera vez, con la cámara de fotos, la grabadora, el cuaderno de notas… Esos tres o cuatro impulsos moldearon mi personalidad y me hicieron descubrir la vocación. Luego, supongo que hay cosas innatas, el gusto por escribir, el placer por conocer, el ansía de saber más, la inquietud, la curiosidad… Y las ganas de llevar la contraria, que también forman parte de uno. Recuerdo que alguien, cuando llevaba muy pocos años en esto, como señalándome que era una cosa de la juventud, me dijo: “Esto es como el que dice que quiere ser sacerdote: un día le viene otra vena y cambia de fiebre”. Me sentó tan mal aquello... No recuerdo quién me lo dijo, mejor no acordarme, pero sí recuerdo qué pensé. Mejor no decirlo. Sabía que se equivocaba, cosa que creo que he demostrado. Luego, hay otros impulsos que van haciéndote poner asfalto a la carretera sobre la que vas circulando y te dirigen de un tema a otro pero siempre con unos principios elementales que no cambian, porque siempre he tenido claro que hay que hacer cosas distintas.

¿Volverás a hacer el programa de televisión “Lo que sé del miedo”? (Isabel Martos)
No lo sé. En principio se concibió con una serie de 13 capítulos y ya se acabaron de emitir hace un par de meses. Fue una experiencia totalmente distinta para mí, porque a ese nivel no había hecho televisión. Había participado en varios programas, de forma regular, como colaborador, pero nunca presentando. En ese mundo soy un principiante. Aprendí muchísimo gracias a Angelines de Diago, la directora del programa, a Santi Antiga, el realizador, y el productor Javier Pérez. Y creo que para el presupuesto del que disponíamos y de la ausencia de medios, el resultado fue digno. Es posible que no encajara en lo que algunos esperaban de mi, pero uno no puede hacer siempre las cosas haciendo lo que esperan de ti. Se salió de la norma de los programas de estos temas y a nivel estético creo que el resultado fue tan sorprendente como original. A nivel de audiencia, hubo programas que llegaron a ser líderes en emisiones de TDT, y eso siempre cuenta. Humanamente fue algo extraordinario y profesionalmente una escuela y algo muy rico. No me importaría repetirlo, o hacer otras cosas. Siempre hay que estar inventándose de nuevo, con la radio, con la tele, con los libros…